viernes, 21 de junio de 2013

La historia. La suya

-Vas a ser importante en mi vida.- dijo él.
Ella sonrió, timidamente.

Así comenzó todo.
Eran autenticos desconocidos que sólo compartían una cosa en común: a una persona.
Tuvieron varias ocasiones en las que podían haber coincidido, varias más que alguna como por ejemplo el cumpleaños de la persona.
Pero se conocieron ese día tan mágico para la persona y para ella. ¡Se DIPLOMABAN¡ Nada más y nada menos que en lo que llevaban años soñando, al fin eran lo que siempre habían querido ser.
Pero para Ella todo era finjido. Si siempre lo había soñado. Pere ese día mágico, para casi todos los presentes, era amargo y finjido para Ella.
 Despues de fotos, de entrega de diplomas, y varios discursos tocaba el piscolabis y ahi entre las mesas una foto fugaz. La hizo Él, salía Ella. Pero ninguno de los dos se fijaron.
En estas cosas siempre hay un Baile o una fiesta y es ahi donde Ella finjiendo ser feliz vio a Él.
-Vas a ser importante en mi vida.- dijo él.
Ella sonrió, timidamente. 
Todo cambio.
Una red social. (Una no, varias), pero una muy recurida. Y comenzar a hablar. Día sí, día no. 
Y comenzaron las ganas infinitas de estar conectado sólo para sonreir timidamente ante una pantalla de ordenador. Para sentir esas mariposas y esa absurda felicidad.
Y así fue como Él olvidó aquel primer amor, aquel doloroso amor. Y volvió a querer confíar y a luchar. Porque decidió que iba a ser Ella la que cambiara su futuro y su presente. Porque sin preveer que venía, se enamoró. A pesar de todo lo hizo. Y luchó. Luchó hasta el final.
A Ella le costó demasiado. Se lo hizo pasar muy mal. 
Desde ese primer momento y esa primera frase "Vas a ser importante en mi vida" sintio que era verdad. Pero estaba en un punto en el que no quería sentir ni ser nada en la vida de nadie.
Pero su corazón desvelaba día a día lo que su boca no quería decir.
Se negaba afirmarlo. No quería porque tenía miedo.
Había afrontado todas sus debilidades y todos sus defectos y necesitaba estar sola.
Pero su corazón una noche de borrachera le dijo ven. Y Él , a pesar de estar a mas de 400 km de distancia, estuvo a punto de coger la moto e ir.
Él no entendió nada, solo que quería ir.
Ella no sabía porque, pero se acosto triste pensando que no había ido.

Las limas produjeron efecto afrodisiaco. Y un escalón y una frase le cambiaron los esquemas a El "quiero intentarlo"
Para Ella fue "hoy es un día mágico sólo se repite cada 4 años"

Comenzó siendo amigos de la Persona. 
Acabaron siendo el uno para el otro SU PERSONA.
Consiguieron que las sonrisas infinitas, los abrazos eternos, y las mariposas matutinas se convirtieran en su día a día.

No fue facil. Claro que no. Nada fácil. 
Discutían todo lo que querían y más.
Nunca se ponian de acuerdo. Y siempre se acababan cargando días importantes.
Pero el quererse lo podía todo.
Ella supo al fin lo que era dejar de estar mal. Lo que era que mereciera la pena las cosas y las ganas de un futuro.
Él se ilusiono como un niño pequeño, sólo tenía ojos para Ella y sólo quería tener ojos para Ella. Se abrió. Eso que le costaba tantisimo. Se abrió por Ella.

Paseos por la Gran vía. Helados con cholate blanco. Juegos tontos en el móvil. Fotos con gafas de sol. Noches juntos en camas minúsculas. Días en el Vips y Noches en el Foster (más Vips que Foster, Ella solía ganar, a Él le daba igual.) Paseos con la gorda. Un coche y una curva sólo por no irse cada uno a su casa. Comidas familiares, y comuniones oficiales. 
Y una casa.
Y con ella muchos sueños. Demasiados.
Acabarla demasiado rápido y estropear los paseos los helados y las fotos tontas.
Pensar hasta en un nombre (África) un nombre en común.

Fueron lo mejor que les había pasado a ambos en meses... en años.
Pero quizá no estaban preparados.
Todo se acabó.
Él quiso espacio. Espacio para aclararse. Para volver a sentir. Para pensar en si mismo.
Ella se volvió pequeña e incapaz de soportar lo que estaba sucediendo. Intento darle ese tiempo ese espacio y darle buenos momentos.
Pero ni Ella supo hacerlo, Ni Él consiguió que no pasara.

Un mensaje que sobraba de Ella. Una llamada que dolió de Él. Colgar y dejar la palabra en la boca. Y silencio entre ambos.
La persona de ambos había desaparecido (hacia ya mucho) y ellos ya no eran ellos, sino Él y Ella.

El amor lo pudo todo, y lo cambio todo.
El amor les concedió el poder para destruirse.

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