martes, 28 de abril de 2020

#Día46 "El árbol confundido"

#Día46
#YOmequedoencasa


"El árbol confundido"

Había una vez, un hermoso jardín con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales.
Todos estaban satisfechos y eran felices.
Sin embargo, no todo era alegría en el jardín pues había un árbol profundamente triste porque no sabía quién era.
El manzano le decía que le faltaba concentración:
Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. ¿Ves que fácil es?
No lo escuches – le decía el rosal- . Es más sencillo tener rosas. ¿Ves que bellas son?

El árbol intentaba todo lo que le sugerían y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.
Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol exclamó:
-No te preocupes, tu problema no es tan grave. Lo tienen muchísimos seres sobre la Tierra. Yo te daré la solución: No dediques tu vida a ser como los demás quieren que seas… Sé tú mismo, conócete y para lograrlo, escucha tu voz interior.
 Dicho esto, el búho desapareció.
¿Mi voz interior…?
¿Ser yo mismo…?
¿Conocerme…?
Se preguntaba el árbol.
Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón y, por fin, pudo escuchar su voz interior diciéndole:
Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble y tu destino es crecer grande y majestuoso, dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje… Tienes una misión. Cúmplela.

El árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Entonces, el jardín fue completamente feliz.

Por saber reconocer nuestras limitaciones y explotar nuestras posibilidades. 

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